miércoles, 1 de junio de 2011

LA FIEBRE DE LA GARRAPATA





Aparte de una buena alimentación y de mucho cariño, las mascotas necesitan de un completo cuidado.

Los perros son vulnerables a adquirir cientos de enfermedades y la fiebre de la garrapata es una de ellas.

El médico veterinario Rodrigo Ibáñez, de la Clínica Veterinaria Brasil, explica que esta enfermedad tiene un tratamiento y se puede prevenir.


DEFINICIÓN
La fiebre de la garrapata puede ser transmitida con una sola garrapata infectada.

Ibáñez dice que un perro puede tener mil garrapatas y no tener la fiebre. En cambio, si el animal tiene una sola infectada puede contagiarse.


SÍNTOMAS
Si el dueño observa que el perro sangra por la nariz o que empieza a orinar sangre es porque fue contagiado por el parásito.

Otros síntomas que pueden presentarse son visible cansancio y falta de apetito. En otras ocasiones el animal reflejará tristeza.

CONTAGIO
Cuando un perro sano entra en contacto, por ejemplo, con el perro del vecino que tenga la garrapata infectada, ésta succionara su sangre y así lo contaminará.

En algunos casos, los síntomas pueden presentarse rápidamente. En otros, puede tardar de cuatro a cinco semanas aproximadamente.

CONSECUENCIAS

La fiebre de la garrapata produce tanto fiebres altas como la hemoglobina y plaquetas muy bajas, indica el veterinario.

“En la parte final, cuando la hemoglobina de los animales es muy baja, ni la transfusión los salva”, advierte Ibáñez.

DETECCIÓN Y TRATAMIENTO
Para detectar la enfermedad es necesario hacerles pruebas de laboratorio, con el fin de conocer si tiene parásitos en la sangre.

El tratamiento consiste normalmente en suministrarle al animal dosis de ácido fólico, antiinflamatorios y antibióticos, detalla el veterinario.

Después de un mes Ibáñez sugiere a los propietarios volver a realizarle los exámenes de sangre y de esta forma revisar los resultados del tratamiento.


COMPLICACIONES
El tratamiento temprano contra la fiebre puede curar al animal.

En caso contrario, los órganos como el hígado o los riñones se dañan, ya que los perros dejan de comer.

También la médula ósea deja de producir plaquetas, lo que causa hemorragias tanto internas como externas.

Cuando ya no pueda hacerse algo más para mejorar su salud, el perro morirá probablemente de un paro cardíaco.

MEDIDAS DE PREVENCIÓN
Las medidas para prevenir la fiebre de la garrapata no son otras de las que deben practicarse para prevenir otro tipo de enfermedades.
Es necesario bañar a los perros contra las garrapatas una vez a la semana y fumigar la casa periódicamente, ya que el ciclo de reproducción de las garrapatas es de 21 días.

Ibáñez explica que una garrapata puede poner de mil a 2 mil huevos. De esos 2 mil huevos nacen mil, pero con el tiempo mueren 500, los huevos restantes quedarán en el ambiente.

Estas medidas ayudarán a reducir el número de garrapatas, ya que no pueden ser eliminadas al 100%.

De prensa.com

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