Este caimán aguja fue atrapado en mayo pasado en las playas del malecón de Puerto Colombia.
La Alcaldía de Puerto Colombia cerró la playa del malecón en forma indefinida y como medida de protección en vista de que a las seis de la mañana de ayer fue avistado un caimán aguja de tres metros de longitud por parte de varios bañistas y el maquinista de las obras de construcción de los espolones.
Según el secretario municipal de Turismo, Ricardo Salas, el animal fue visto a diez metros de la orilla y la meta era capturarlo para llevarlo a un zoocriadero, sin embargo mientras se buscaba la forma para su captura, el animal se sumergió nuevamente en las aguas.
Salas dijo que dieron aviso a biólogos de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico, CRA, quienes comenzaron a buscar el reptil, junto con un grupo de salvavidas, los secretarios de Turismo, Ricardo Salas, y de Medio Ambiente, Julio Lozano y la Policía de Turismo, sin embargo la búsqueda ha resultado hasta el momento infructuosa. La alcaldesa Martha Villalba, expresó su preocupación por la situación ya que la presencia de estos animales ahuyenta el turismo que se está reactivando gracias a las obras de los espolones que han generado nuevas playas.
“Algo debe estar ocurriendo y esto debe ser objeto de una investigación por parte de la CRA, que además debe mejorar el control en los zoocriaderos cercanos al mar porteño, por eso haremos la solicitud de la investigación respectiva de manera formal”, dijo.
Recordó que no es la primera vez que un miembro de esta especie hace presencia en las aguas de Puerto Colombia. El pasado 30 de mayo, un caimán aguja de aproximadamente dos metros de largo fue hallado por pescadores en el malecón y capturado por la Policía Ambiental, que lo trasladó a un zoocriadero cerca al municipio, para luego colocarlo a disposición de la CRA, que se encargó de devolverlo a su hábitat natural.
Para el zootecnista Iván Palacio, quien hace parte de un grupo especialista en cocodrilos, esta especie, conocida también como caimán del Magdalena o crocodylus acutus, se adapta fácilmente al agua salada “por el tamaño que describen es posible que se escapara de algún zoocriadero y aprovechando que los niveles de agua de las ciénagas y arroyos ha subido por el invierno, se le facilita su movilización”, aseguró el especialista, añadiendo que por naturaleza esta especie es agresiva.
( Fuente : http://www.elheraldo.co)
Según el secretario municipal de Turismo, Ricardo Salas, el animal fue visto a diez metros de la orilla y la meta era capturarlo para llevarlo a un zoocriadero, sin embargo mientras se buscaba la forma para su captura, el animal se sumergió nuevamente en las aguas.
Salas dijo que dieron aviso a biólogos de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico, CRA, quienes comenzaron a buscar el reptil, junto con un grupo de salvavidas, los secretarios de Turismo, Ricardo Salas, y de Medio Ambiente, Julio Lozano y la Policía de Turismo, sin embargo la búsqueda ha resultado hasta el momento infructuosa. La alcaldesa Martha Villalba, expresó su preocupación por la situación ya que la presencia de estos animales ahuyenta el turismo que se está reactivando gracias a las obras de los espolones que han generado nuevas playas.
“Algo debe estar ocurriendo y esto debe ser objeto de una investigación por parte de la CRA, que además debe mejorar el control en los zoocriaderos cercanos al mar porteño, por eso haremos la solicitud de la investigación respectiva de manera formal”, dijo.
Recordó que no es la primera vez que un miembro de esta especie hace presencia en las aguas de Puerto Colombia. El pasado 30 de mayo, un caimán aguja de aproximadamente dos metros de largo fue hallado por pescadores en el malecón y capturado por la Policía Ambiental, que lo trasladó a un zoocriadero cerca al municipio, para luego colocarlo a disposición de la CRA, que se encargó de devolverlo a su hábitat natural.
Para el zootecnista Iván Palacio, quien hace parte de un grupo especialista en cocodrilos, esta especie, conocida también como caimán del Magdalena o crocodylus acutus, se adapta fácilmente al agua salada “por el tamaño que describen es posible que se escapara de algún zoocriadero y aprovechando que los niveles de agua de las ciénagas y arroyos ha subido por el invierno, se le facilita su movilización”, aseguró el especialista, añadiendo que por naturaleza esta especie es agresiva.
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